"El factor humano de las políticas públicas" (versión ampliada) 
Javier A. Matus Pacheco 
Ciudad de México 28/09/2023 
Borrador 2 

El Informe México Próspero, Equitativo e Incluyente. Construyendo futuros, del Centro Tepoztlán Víctor L. Urquidi (CTVLU), se desarrolló en 2017 y 2018 bajo el liderazgo de su presidente Mauricio De María Campos, a quien extrañamos y, como este proyecto, también en un contexto de reciente cambio de gobierno. en condiciones en las que el país experimentó grados extremos de corrupción en todos los niveles e instancias de las estructuras del Estado mexicano, con altísimos indicadores de violencia, pobreza, inequidad e impunidad y arrastrando deficiencias ancestrales en prácticamente todos los sectores. El entorno internacional también era bastante complicado. En esa situación, las expectativas sobre las condiciones sociales, económicas y políticas para el grueso de la población mexicana, particularmente la parte menos favorecida, no eran muy alentadoras. Hoy considero que las condiciones que enfrenta la población en general en nuestro país no son para nada mejores que entonces pero, aunque no todos las apreciamos por igual, percibo que de alguna manera las posibilidades son más positivas (o tal vez sea válido decir " "menos negativos"), principalmente porque se han combatido en cierta medida algunos vínculos con el estado de cosas imperante durante siglos, lo que ha significado signos de opresión y atraso y, sobre todo, de desigualdad para una gran parte de la población. Persisten profundas distorsiones (resistencias) entre las que destaca el predominio de grupos que detentan el poder económico y político que se ven favorecidos independientemente de las restricciones que existen porque están por encima de ellas y por lo tanto tienen la capacidad no sólo de evitar sus efectos negativos sino incluso de aprovecharlos ellos a su favor. Es mi convicción que muchas de las distorsiones que prevalecen en el entorno actual se originan en la mentalidad y el comportamiento de los seres humanos y es mi propósito presentar un intento de explorar el papel del factor humano en todo esto, que en mi opinión es ninguno se ha realizado, al menos no de manera consistente, suficiente y adecuada. En mi contribución al proyecto anterior del CTVLU, preocupado por la baja efectividad de las políticas públicas en la resolución efectiva de los problemas y en la adecuada canalización que requiere la organización global de la sociedad (social, económica y política) para lograr un Estado verdaderamente democrático, próspero y equitativo (preocupación central del proyecto anterior), utilicé mi experiencia en un programa de investigación que coordiné entre los años 2000 y 2006 en el Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades (CEIICH) de la UNAM, relacionado con conflictos sociales y se centró en el tema del agua como estudio de caso para investigar sus causas reales y derivar de ello las implicaciones para la formulación y ejecución de una política pública para resolverlos. 

Para este proyecto titulé mi contribución "La política pública desde la perspectiva de los conflictos sociales por el agua en México". El problema del agua es muy ilustrativo porque nos muestra que el tiempo (décadas e incluso siglos), los gobiernos (autoridades oficiales de todas las instancias y niveles) y las estrategias aplicadas han sido en su mayoría esfuerzos omitidos para obtener los resultados positivos necesarios. Los problemas persisten, en muchos aspectos se han agravado y las expectativas de solución son prácticamente nulas, esencialmente por la falta de una política pública entendida con una visión interdisciplinaria. Huelga decir que esta visión negativa del paisaje en el caso del agua se aplica desgraciadamente a todos los sectores de la actividad humana, por la misma razón. Quiero decir, en mi experiencia, el problema central radica en no considerar ni analizar los problemas en su conjunto, en todas sus dimensiones y en todas sus interrelaciones, lo que implica no considerar la realidad compleja y perderse en ramificaciones que no conducen a visiones que nos permitan proponer soluciones efectivas a los problemas que enfrentan. 

Hoy es muy común hablar de políticas públicas. Han sido ampliamente difundidos como materia académica y en la esfera política, a través de innumerables programas de posgrado y la creación de estructuras gubernamentales especializadas prácticamente en todo el mundo. Los informes de los medios también discuten el asunto con una frecuencia inusual. Todo esto sigue siendo positivo, pero lamentablemente la orientación que se da al tema no es la adecuada, de ahí los malos resultados. Para validar esta crítica, retomaré la definición que desarrollé en el ejercicio anterior (ligeramente modificada): "La política pública es el proceso mediante el cual el Estado (gobierno o autoridad junto con la sociedad) de manera coordinada y con una visión holística y alcance de largo plazo sujeto al consenso social, bajo los principios de conciliación y equidad, la satisfacción de los intereses fundamentales de la sociedad y la sostenibilidad del medio ambiente, colocando al ciudadano como su objetivo central y fin último, del que todo deriva, criterio, principios, normas y estrategias de carácter general y específico que plasma en los diferentes instrumentos normativos, institucionales, presupuestales y programáticos con los que cuenta para su plena aplicación.” En el mismo ensayo destaqué que “Toda política pública debe tener al menos cinco componentes esenciales, no sólo para ser considerada como tal sino, lo más importante, para que sea efectiva: 
1. ser un Estado, no sólo un gobierno, es decir, debe contar con la participación efectiva de la ciudadanía, principal elemento constitutivo de un Estado (junto con el territorio y las instituciones). Ésta es la esencia de la gobernanza, según los criterios de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO). 
2. tener una visión de largo plazo, no de corto plazo, pero al mismo tiempo contener una estrategia de implementación inmediata que considere las condiciones del momento en que se inicia la aplicación de la política; 
3. responder a los intereses fundamentales de la sociedad en su conjunto, y no de sectores o grupos sociales específicos de cualquier tipo o especie; 
4. partir del conocimiento objetivo de la realidad para alcanzar consensos sociales basados ​​en la equidad, no en intereses parciales o individuales, y mediante el diálogo y la conciliación de intereses, no mediante la negociación de éstos; 
5. mantener una visión holística (que se refiere a todo), lo que implica necesariamente apoyarse en una visión interdisciplinar”. 

Los 5 componentes mencionados son esenciales, pero el quinto es el que determina la efectividad de la política, porque una política sin un alcance holístico no tiene la capacidad de conocer y comprender la complejidad del problema que se pretende resolver. Por eso insisto en que en sentido estricto no se debe hablar de 'políticas públicas' en plural. Sólo debe haber una política pública con una visión holística que contemple todos los ángulos de las necesidades humanas y proporcione satisfacción desde la perspectiva de todas las disciplinas involucradas. Cualquier estructuración sectorial o parcial de la política la hace perder su significado holístico y por tanto su eficacia. 

Para explicarme mejor, recordaré también que "La política pública es un tema de complejidad en el sentido epistemológico definido por Edgar Morin, o, en otras palabras, que es un sistema complejo. Los sistemas complejos están formados por elementos heterogéneos, que es decir, múltiple y desigual, pero la complejidad no sólo se define por los elementos heterogéneos que la componen, sino por las interrelaciones entre dichos elementos -conocidas como interdefinibilidad- que a su vez se organizan en una estructura que funciona como un todo, que Implica que su sistema no puede descomponerse en sus partes y estudiarse a través de ellas por separado. Por tanto, la falta de una visión interdisciplinaria de la complejidad conduce inevitablemente a la formulación de medidas incompletas y por tanto fallidas." Lamentablemente, esta visión holística no es ampliamente conocida ni aplicada, ni en la formación académica ni en la investigación y mucho menos en la acción política, más bien es escasa o incluso omitida. 

Si desglosamos la actual política pública de nuestro país, será evidente que no contiene todos los elementos que deben integrarla, descritos en párrafos anteriores, y en particular, como dije, carece de la visión holística, que es lo que determina su eficacia. Dentro de esta falta de visión holística, hay un factor que dificulta aún más el problema y en eso voy a centrar mi atención en este nuevo ejercicio del Centro Tepoztlán que ahora se orienta hacia una visión estratégica de equidad y justicia. . . . desarrollo equitativo (¿repetitivo?) de México 2024 con la perspectiva de que las nuevas autoridades que tomarán las riendas del país en 2024 lo consideren y lo asimilen dentro de sus programas y planes de trabajo. No es una visión ideológica lo que aquí se propone, ni una opción política lo que se recomienda, es un esfuerzo de racionalidad que obliga a todos y que debe asumirse como principal fuerza y ​​guía de nuestra especie. Por lo tanto, el ejercicio no está destinado sólo a los poderes públicos sino a toda la sociedad como parte integrante del Estado al que pertenecemos y de la práctica de gobernanza que debe prevalecer. 

Se trata del factor humano de las políticas públicas. Es tan importante que podría responder a la pregunta: ¿cómo lograr un desarrollo justo y equitativo, tan necesario como anhelado? y también ¿por qué los seres humanos en un recorrido histórico tan largo no han logrado un desarrollo justo y equitativo? Porque es un hecho que en cualquier perspectiva temporal de la historia que consideremos (décadas, siglos, milenios o la fecha), como humanidad no lo hemos logrado, peor aún, con el paso del tiempo, además de agravar la situación en En términos de los beneficios básicos que debe recibir toda la población y la equidad concomitante, lo hemos complicado en términos de expectativas o posibles soluciones. En lugar de mirar más de cerca el objetivo factible, se aleja constantemente. Y no se puede decir que no haya habido intentos y logros. Innumerables y muy significativos avances en todos los campos y en diferentes épocas han permitido mejorar las condiciones de vida, el progreso y la civilización, incluyendo de manera muy significativa la propia ampliación de la esperanza de vida, pero han sido insuficientes y en algunos casos extrañamente han sido contraproducente y responsable del propio problema para evitar la muerte, las privaciones y el sufrimiento que sufren millones de seres humanos desde el pasado remoto, en el presente y, aunque en nuestro país el actual gobierno ha puesto el dedo en la herida, tampoco hace ¿Parece suficiente para lograrlo en un futuro previsible? ¿Realmente el factor humano tiene la respuesta? 

Quisiera ahora establecer tres aclaraciones para evitar confusiones que invaliden el sentido de mi planteamiento. 
1) Al incorporar el aspecto humano al análisis, no me refiero a ninguna de las doctrinas humanistas desarrolladas como corrientes filosóficas que buscan un trato humanitario. No se trata de encajar en ninguna de ellas ni de estar de acuerdo o en desacuerdo, lo que significa la visión que presento es simplemente considerar que todo lo que existe como organización social ha sido desarrollado por el ser humano. Nada proviene de la divinidad, de la naturaleza o de fuerzas ocultas que nos obliguen a tenerlas, sufrirlas o aprovecharlas. Por tanto, lo hecho por el hombre puede ser modificado por el hombre, por difícil que parezca. 
2) Esta visión no es una dimensión separada y adicional a la visión holística que se propone como condición necesaria de la política pública, es parte sustancial de la misma. Tampoco es una visión nueva, no es un descubrimiento. No es una investigación científica, son reflexiones que llaman a la racionalización de nuestras posiciones y actitudes. Se ha trabajado mucho sobre el comportamiento humano en todas las disciplinas que tienen que ver con él y que aportan conocimientos importantes pero demuestran que aún queda mucho por aprender y mucho más por hacer. La Etología Humana es una disciplina reciente que se inició en los años setenta del siglo pasado, que se dedica al estudio científico del carácter y modos de comportamiento del ser humano. Tenemos que profundizar más en ello. También encontré un libro notable publicado en 2017, “Salud. The Biology of Humans at Our Best and Worst” muy sugerente que muestra elementos del comportamiento humano que creo que aún no hemos asimilado. Pero lo que resalta en este análisis es simplemente que en el tema de las políticas públicas, que son nada menos que el instrumento básico para la solución de los problemas sociales y para el progreso de la humanidad, la dimensión humana ha sido ignorada, nunca se ha tenido en cuenta. ha sido tratado como parte de un análisis indispensable, ni ha sido incorporado como un elemento esencial e insustituible de una estrategia de Estado que busque racionalizar nuestras posiciones y actitudes. Para mí, esta es la razón principal por la cual la política pública, en todos los ámbitos, ha fracasado en los propósitos centrales que debía cumplir. 
3) Es imposible en un ejercicio breve como el que estoy realizando, mostrar todas las implicaciones que tiene el factor humano en la formulación y ejecución de una política pública en los términos y con el alcance que pretendo exponer. Intentaré esbozar esquemáticamente y lo más claramente posible el sustento de la hipótesis a través de algunos ejemplos, pero es obvio que requerirá mucha reflexión y la construcción de un andamiaje racional que tenga validez tanto teórica como práctica. , pero sobre todo, abre tu mente para comprenderlo y asimilarlo. La simple lectura de lo que aquí presento no es suficiente. ¿Qué es exactamente el factor humano? 

El factor humano son todos los seres humanos. Todos participamos de alguna manera en la construcción y funcionamiento de las estructuras que nos rigen, por lo tanto todos somos en cierta medida responsables de lo que existe y por tanto podemos -y debemos- contribuir a corregir las desviaciones. Como mencioné, nada existe por sí solo, excepto Dios si creemos en Él, pero ese no es nuestro tema ahora. Toda la organización social que conocemos, que está integrada por la sociedad, la política y la economía, es obra del ser humano. Esta organización es obviamente una complejidad. Dentro de él, cada estructura aporta su parte. En definitiva, la sociedad establece las condiciones para la convivencia; la política gestiona el poder y la economía impulsa la sostenibilidad de los seres humanos y su entorno, la naturaleza. Ninguno puede funcionar sin los demás. Pero los tres, considerados en su conjunto, a través de sus interrelaciones, constituyen una unidad diferente con nuevas atribuciones que no son reconocidas en ninguno de sus componentes. Aunque creo que no es imposible reconocer esto, es evidente que no lo asimilamos en nuestro proceder diario y tendemos a considerar estas estructuras como entidades independientes, competitivas e incluso contrapuestas y dejamos de lado el conocimiento y comprensión del rol. . . del factor humano en su formación y funcionamiento, siendo que es aquí donde se encuentra el origen de las fallas que provocan sus malos resultados. Es fundamental desentrañar cómo sucede esto para saber cuál es la capacidad real del ser humano de proporcionar elementos para la modelación de su organización social, lo que implica reconocer y comprender la naturaleza humana, particularmente en lo que respecta a su comportamiento. 

¿Pero conocemos realmente la naturaleza humana? ¿Entendemos cómo se comportan los seres humanos? ¿Es posible moldear el comportamiento de los individuos? Y como expliqué en la segunda aclaración anterior, No lo propongo en términos de las disciplinas que estudian el comportamiento humano y sus relaciones interpersonales, sino en términos de responder específicamente a la pregunta de cómo se construye el andamiaje sobre el que se sustentan las sociedades, y de esta manera conocer y comprender el papel del sujetos (nosotros), individual y colectivamente, en el proceso civilizador de la humanidad. Intentaré una explicación sencilla. La caracterización por excelencia de la naturaleza humana es la racionalidad, principalmente porque es una facultad exclusiva del ser humano, que es la capacidad de pensar y razonar o reflexionar. El ser humano, en su proceso evolutivo, lógicamente partió de cero en la configuración de su racionalidad. Al principio la preocupación central fue la supervivencia y perpetuación de la especie. Como parte de su naturaleza, la convivencia era inevitable, lo que también era y es indispensable para la supervivencia. En este proceso civilizador se fueron desarrollando las características del comportamiento humano, partiendo de su incipiente racionalidad e incorporando sus emociones y sentimientos, también en plena formación, se configuraron sus valores, actitudes, mentalidades, ideologías, etc., condicionando condiciones para el aprendizaje y la vida. conocimiento La expansión de las relaciones interpersonales llevó a la formación de grupos que se convirtieron en sociedades (desde tribus hasta estados y naciones) que fueron definiendo sus reglas de comportamiento o estándares éticos. Ha sido a través de este complejo proceso de interrelaciones que los seres humanos hemos ido configurando a lo largo de nuestros procesos históricos un estado de cosas que ahora identificamos como status quo, que no es sólo una categoría de análisis social sino una nueva atribución resultante de las interrelaciones o la interdefinibilidad del complejo sistema o la conjunción de los 3 pilares que conforman la organización social global, a la cual no se le ha prestado la debida atención a pesar de que constituye el punto de partida ideal para conocer y calificar el comportamiento humano. Es este elemento el que en gran medida determina, sostiene y orienta el comportamiento individual y colectivo de las personas. El status quo no debe confundirse con la cultura. Aunque hay muchas formas de definir cultura, prefiero la descripción que exalta los valores positivos, las costumbres, la creatividad, los conocimientos, los sentimientos y todo lo que distingue a un grupo social que convive y crea, en cualquier época. La cultura debe ser sinónimo de conocimiento y sabiduría, en profundidad y amplitud. Cuando se dice de alguien que 'es culto', evidentemente no se hace ninguna alusión a sus defectos o carencias. No podemos empañar la cultura atándola al peso de las debilidades humanas, como la corrupción, como lo hizo de manera evasiva e irresponsable un Presidente de nuestro país, quizás el más inculto y corrupto que hayamos tenido. Pero el status quo sí abarca la cultura y también contiene la corrupción y todos los arrepentimientos y vicios creados por el ser humano, y de ahí precisamente proviene su principal fuerza negativa. Es como un agujero negro que lo absorbe todo: lo bueno, lo malo y lo normal. En ese complejo proceso de desarrollo social, los humanos descubrimos el bien, pero también desarrollamos el mal. Tanto el bien como el mal son creaciones humanas y está en nuestra racionalidad cómo los utilizamos. Algunas de estas, llamémoslas fuerzas, tienen un carácter neutral, somos nosotros quienes les damos la orientación o inclinación hacia el bien o el mal. Una de estas fuerzas, fundamental en el comportamiento humano que no forma parte de su esencia o naturaleza sino que surge como consecuencia natural de la convivencia social, es el poder, entendido como el dominio sobre las personas, las cosas y el espacio o territorio. El poder también es una fuerza neutral que se aplica o ejerce para bien o para mal, por lo que no es el poder en sí lo que debe preocupar, sino cómo es utilizado por los seres humanos en su convivencia y por ende en su organización social. De hecho, el poder es una fuerza útil y necesaria dado que toda estructura organizacional humana requiere jerarquías, mandos y división del trabajo, en todo lo cual interviene el poder. Pero la experiencia acumulada en el statu quo imperante demuestra que el poder no ha sido aplicado racionalmente, incluso podría decirse que el poder ha dominado el mundo, a pesar de que el poder como fuerza social puede y debe ser controlado a través de la autoridad establecida a través del sistema político. sistema. sistema organización, que es la estructura a la que corresponde esta tarea. Se establece entonces una diferencia entre el poder con carácter legítimo y autoritario y el poder coercitivo aplicado por la fuerza de las condiciones o circunstancias, sin fundamento ni sustento ético. Es fundamental reconocerlo y asimilarlo porque aquí es donde reside la clave de nuestro comportamiento. El status quo se ha construido principalmente a través de relaciones de poder en su vertiente negativa que, en una especie de simbiosis, han ido configurando grupos minoritarios o élites que han conquistado el dominio del comportamiento humano, lo que hace que no todos los seres humanos contribuyan por igual a su configuración. , ya que es un hecho que no todos ostentamos el poder en la misma escala, sin embargo, no debemos perder de vista que cada individuo contribuye - incluso de forma involuntaria o inconsciente - a perpetuarlo asimilándolo como un modus operandi en vivo. , que es lo que le sucede a la mayoría de las personas que no forman parte de las elites dominantes ni de las mayorías sumidas en la desigualdad. De alguna manera, al no ser sus creadores, nos convertimos en prisioneros del status quo, como beneficiarios o como subyugados y al mismo tiempo nos convertimos en sus perpetuadores.¿Cómo operan los mecanismos del status quo para lograr los propósitos de sus creadores y perpetuadores conscientes? El status quo no constituye una estructura u organización, ni se trata de reglas o normas que se imponen a la manera de las leyes. Tampoco puede verse como una teoría de la conspiración, es real, es muy peligroso. Pero no surge de la nada, es una construcción social no en el sentido de algo buscado, sino resultado de innumerables acciones, posiciones, intereses, etc. Siendo amorfo y no institucional, como un gran virus social, ha logrado operar mecanismos que tienen que ver con la canalización del comportamiento humano que finalmente lo lleva a actuar por sí solo en el sentido que conviene a los grupos que tienen dominancia en el mundo. mundo. mundo . Estado de cosas Y el sustento de estos mecanismos radica en impedir que los seres humanos utilicemos nuestra capacidad racional para elegir y apoyar lo que conviene a la sociedad y en su lugar aplicarlo para promover el beneficio de los intereses de unos pocos. Estos mecanismos, construcciones sociales, consisten en una serie de mitos, fantasías, síndromes y sofismas que son distorsiones de la realidad que han llegado a dominar nuestro pensamiento, conocimiento y comportamiento, creo que los humanos generamos o asimilamos estas distorsiones en nuestro comportamiento debido esencialmente a nuestra debilidad racional y que estos comportamientos suelen conducir a absurdos que sólo pueden ser superados por la razón. Es decir, el razonamiento al principio y al final de la cadena. Por eso las llamo "distorsiones de la racionalidad". Evidentemente estas distorsiones no surgen espontáneamente, de alguna manera son manipuladas para inducir comportamientos que favorecen intereses políticos y económicos particulares y grupales y que los incitan a perpetuarlos en el tiempo. Estas distorsiones, creadas por los humanos, constituyen el factor humano que intentamos describir y son los que impiden la resolución de los problemas sociales. Es importante reconocer que es muy difícil cambiarlo, serlo o actuar en su contra. Tienen una fuerza abrumadora y dominante que arrastra la conducta y dificulta o imposibilita las correcciones. Pero no es imposible. Esta es la realidad que tiene que enfrentar la política pública, tanto los formuladores de políticas o agentes públicos que participan en su elaboración y aplicación, como los ciudadanos o individuos que integran el Estado y que deben participar en su configuración. Esto significa que el problema no se limita a las autoridades públicas sino que afecta a toda la población. Las distorsiones son innumerables. Intentaré describir algunas que ilustren lo que pretendo demostrar con la esperanza de que sean suficientes para tomar conciencia de la influencia que ejercen en las condiciones de vida de la especie humana y tal vez evitar el camino de autodestrucción que parecemos recorrer. estar siguiendo. estar siguiendoestar tomando Buscando hacer más clara y comprensible la exposición, agruparé las distorsiones en las estructuras que conforman la Organización Social Global como se describió anteriormente, pero con la recomendación de que no pierdan de vista las interrelaciones que existen entre ellas porque son los que determinan su complejidad y la clave para desentrañarla. Estructura social  La estructura social comienza con la naturaleza humana, por lo que es fundamental conocerla y comprenderla. Una de las distorsiones más trascendentales y dañinas está relacionada con esto, que se ha convertido en un mito muy común. Tendemos a atribuir muchos de los vicios y defectos del comportamiento humano a la naturaleza humana, pero estos vicios y defectos no provienen de ella. El razonamiento permite a los individuos distinguir entre el bien y el mal y les da a los humanos la capacidad de guiar su comportamiento. Este mito impide que el ser humano reconozca que es creador de su propio destino, que puede modificar su conducta y corregir sus errores. Y peor aún, el mito ha servido para justificar conductas maliciosas bajo la falsa premisa de que deriva de la naturaleza de la persona. Esto tiene que ver con el llamado libre albedrío; Sé que hay una fuerte discusión sobre el tema, pero creo que sí existe y considero que la Biogenética, la Psicología Evolutiva y la Antropología Evolutiva tienen elementos importantes para comprobarlo.  Entre los vicios y defectos que ha desarrollado el ser humano podemos identificar los siguientes: ambición, egoísmo, crueldad, ignorancia, intolerancia, violencia, odio, corrupción, engaño, mentira. Todos ellos violan la convivencia y son causa de mucho sufrimiento. Al considerarlos como parte de la naturaleza humana, no los combatimos como sociedad y sólo nos culpamos unos a otros por su presencia o los vemos como fenómenos extraños. Identifico como síndrome la caracterización de una situación determinada. Son síndromes insuficientemente estudiados. Es fundamental descubrir cómo surgen porque allí encontraremos la manera de controlarlos, pero esto es algo que no intentamos. Como son creaciones del hombre, debemos combatirlos como humanos, es decir, con educación, principios y valores, pero pretendemos corregirlos con normas jurídicas, que son necesarias pero insuficientes. El castigo puede ser útil pero no indispensable; de hecho, el castigo físico y monetario puede ser ineficaz y el castigo moral puede ayudar más. Se habla mucho de todo esto, pero no lo hemos incorporado a nuestras normas de comportamiento. Los dos casos particulares que personalmente me preocupan y duelen mucho son algo que vivimos todos los días y no lo entiendo en ninguno de sus aspectos: por qué sucede y por qué lo aguantamos. Crueldad y poco respeto por la vida. Personalmente las considero las manifestaciones más aberrantes y antisociales del comportamiento humano. Se presentan en la realidad y en todos los medios,incluyendo los juegos electrónicos para menores, sin entrar a analizarlos solo planteo la pregunta; ¿Por qué los seres humanos podemos ser tan crueles con nosotros mismos? Ninguna otra especie nos iguala en esto. La crueldad persiste en múltiples variantes y toleramos e incluso disfrutamos el asesinato en juegos y películas. No veo dónde está nuestra racionalidad.  La manipulación, entendida como el control sutil del pensamiento o acción de los individuos o de la sociedad con determinados fines, es la principal herramienta del status quo. Esto no es un mito ni una fantasía, es una realidad que merece estudios más profundos en psicología y antropología social, evolutiva y evolutiva. En mi opinión, la fantasía radica en que a pesar de que la vivimos y la sufrimos, no la valoramos ni la combatimos; Vivimos bajo él a diario y lo soportamos, aunque siempre habrá alguien que se beneficie de ello. La manipulación está presente en todo lo que hacemos o pensamos: ideologías; campañas comerciales; campañas políticas; campañas para construir o destruir imágenes personales; información alterada para promover o desacreditar lugares; información modificada para promover u obstaculizar productos o servicios; la interpretación que las autoridades dan a los hechos dando lugar a cierto tipo de reacciones que las favorecen; el uso en los medios de comunicación de lenguaje que distorsione los hechos; Contenido adulterado, incluidas investigaciones científicas falsas para inducir decisiones y actos de supuesta beneficencia pública. Las variantes son innumerables. La única manera de contrarrestar la manipulación es utilizar nuestra racionalidad, algo que la gran mayoría de nosotros no hacemos.  El síndrome de la realidad inexistente. Pareciera que la verdad no interesa porque no se investiga, se llega a decir que no existe una verdad única o que no existe una verdad única y que cada uno tiene la suya. Para mí, esta es una forma de manipulación no tan sutil, porque de esta manera, poco a poco, se distorsiona la realidad, se promueve la ignorancia, porque el status quo no se adapta al hecho de que se conozca la realidad. La esencia es que existe una verdad, es fundamental buscarla y reconocerla para poder tomar las decisiones correctas. El desconocimiento de la verdad impide el diálogo y la consecución de acuerdos.  Otro caso importante de síndrome es el de la desigualdad, que no es lo mismo que inequidad y que inexplicablemente también tendemos a ignorar. La desigualdad no es una condición espontánea o natural, es una inducción, un resultado social (moral) y también político y económico. Como se explicará más adelante, sin igualdad no hay democracia. Simplemente no hay posibilidad de diálogo si no hay igualdad. Sin diálogo no hay progreso social; en la negociación hay estancamiento, porque siempre habrá un perdedor; con diálogo todos pueden ser ganadores. Lo que se hace en el status quo es desarrollar un mundo de contrapesos y no de colaboración. Los intereses creados constituyen otro síndrome que tendemos a pasar por alto en el comportamiento humano. Llegamos a manejarlo como algo anecdótico, cotidiano, de la naturaleza humana. Este nombre resume una gran variedad de prácticas nefastas, muy dañinas y muchas veces imperceptibles. Son los más comunes, tienen muchas formas y denominaciones: amiguismo, amiguismo, favoritismo, influencialismo, nepotismo, colusión, etc. En la práctica se entrelazan redes de intereses donde se pagan favores, con acciones que distorsionan mucho las relaciones interpersonales, que causan sufrimiento, privaciones, injusticias y contribuyen de manera muy importante a la desigualdad y la inequidad. No creo equivocarme si digo que todos los grupos globales, sindicatos, académicos, profesionales, sindicatos, estamos infectados por la fuerza de este tipo de intereses que en la mayoría de los casos se utiliza negativamente para favorecer a los propios grupos o en algunos casos sólo a sus líderes o jefes. Como otros síndromes, los apoyamos, convivimos con ellos y también los aprovechamos.  En las relaciones sociales existen temas candentes muy sensibles, que quizás podríamos calificar de irreconciliables, en el sentido de que, dada la divergencia de creencias, formaciones, costumbres, etc. que hay entre los diferentes grupos poblacionales, nunca podrá haber unanimidad sobre ellos, como el aborto, la pena de muerte, las llamadas ideologías filosóficas, políticas y económicas, el feminismo, la orientación sexual y muchos más. En las sociedades modernas cada vez hay más énfasis en la libertad de creencias y sin embargo en todas ellas en mayor o menor medida quienes ocupan posiciones distintas a las de la mayoría o costumbres ancestrales son discriminados, reprendidos o castigados. Aquí lo que predomina es la falta de racionalidad en la forma en que se tratan los casos, ya que nunca se llegará a un consenso en estos temas y las opiniones que prevalezcan dependerán del partido que sea mayoritario al momento de someterlos a juicio. de la Corte. congresos, por lo que unas veces ganarán las mayorías y otras veces serán los contrarios los que dominarán y así mantendremos para siempre las discrepancias que imposibilitan llegar a definiciones claras que salvaguarden derechos y brinden soluciones a grupos que generalmente constituyen minorías, impidiendo la convivencia. . . ¿Suena lógico esto como mecanismo de acuerdo, especialmente cuando se trata de temas delicados que suelen tener impactos emocionales muy fuertes en grupos importantes de la población que van más allá del tiempo e incluso de las generaciones? ¿No sería preferible llegar a posiciones conciliadas que no lesionen los derechos de nadie y permitan a cada individuo elegir libremente su cargo y poder ejercerlo? En estos temas nadie puede verse obligado a tomar un camino porque la democracia no se resuelve ni se define sólo con los votos.Estructura política  El status quo ha establecido que el sistema político ideal y prácticamente único es la democracia. Por mucho que nos enorgullezcamos de vivir en una democracia, el status quo predominante no es democrático en absoluto. La mera existencia de desigualdad niega rotundamente la democracia. La democracia, analizada como un sistema complejo, es una fantasía absoluta. Para empezar, la democracia es mucho más que un simple sistema electoral o de votación. Creemos que vivimos en democracia porque los gobiernos se eligen mediante votación, pero ni siquiera prestamos atención a cómo se seleccionan los candidatos, los ciudadanos no participamos en el proceso y no parece importarnos. La democracia se refiere esencialmente a sistemas de gobierno, pero tiene que ver con la libertad, el pluralismo y la tolerancia y, por tanto, con los derechos humanos. Estos están en gran medida contemplados en nuestra Constitución, pero una cosa y otra es que efectivamente se cumplan. Muchas condiciones e instituciones no sólo son antidemocráticas sino también antidemocráticas. La llamada democracia representativa es insuficiente e ineficaz y el público en general no está suficientemente representado. A pesar de tanta evidencia en contrario, el status quo nos impone la fantasía de que vivimos en una democracia. ¿Es racional proceder en cualquier campo sobre bases poco realistas? ¿Qué sentido tiene actuar como si viviéramos en un sistema que no existe, que no es realmente democrático? ¿Cuál es la racionalidad de un sistema supuestamente democrático que establece que en un congreso o parlamento se van a aprobar reglas que dependen de mayorías que se obtuvieron al azar de las condiciones sociales y políticas, pero que cuando esas condiciones cambian, llegarán otras mayorías? ? que aprobará normas diferentes, ¿quizás totalmente opuestas? Se superará el principio de que se ganó la votación, pero ¿dónde está la solución al problema que hay que resolver? Al final lo que cuenta es la manipulación, la simulación, el mito y la fantasía, y lamentablemente funcionan. La mejor demostración de la irracionalidad de este esquema es que la lucha política no es entre propuestas y estrategias (políticas públicas) para conocer y resolver problemas sociales sino entre grupos y posiciones que detentan el control político. ¿Es racional pretender que las próximas elecciones las gane un candidato de la oposición no por un programa de gobierno (una política pública), sino sólo para sacar del poder al partido gobernante?  Como mencioné, el status quo se crea a través de relaciones de poder. El principal objetivo de la estructura política es la gestión del poder en beneficio de toda la sociedad, y a nivel colectivo la autoridad debe poner límites al nivel de poder que se impone por la fuerza o la coerción, pero el sistema ha fracasado, la La mera existencia del status quo tal como lo vivimos lo demuestra.¿Cuáles son los poderes que tienen capacidad de acumular tanta fuerza como para condicionar el comportamiento de sociedades enteras? Se conocen como poderes de facto, que son sectores de la sociedad que, al margen de las instituciones políticas, ejercen sobre ellos una gran influencia en función de su capacidad de presión. Mencionan, entre otros y sin ningún orden de precedencia, a los medios de comunicación, la banca, las jerarquías eclesiásticas o religiosas, las mafias, las corporaciones multinacionales y transnacionales, los sindicatos, los partidos políticos, los grupos empresariales y algunos sindicatos. Recientemente, la sociedad civil se ha convertido en un poder fáctico importante e influyente a través de organizaciones civiles que se constituyen legalmente para apoyar actividades o sectores que, sostiene, se encuentran desprotegidos o requieren ayudas que el poder público no brinda o incluso porque lo atacan para combatirlo. Las redes sociales constituyen una herramienta que bien puede constituirse en poderes fácticos. Cada poder ejerce su poder a su manera y según su conveniencia, pero significan una amenaza mayor cuando unen fuerzas o entrelazan sus intereses.Por definición, el poder público no forma parte de sus propios poderes, sin embargo, en muchos casos actúa como tal a través de la prostitución y el apoyo a intereses dementes de otras potencias. En mi investigación sobre las causas de los conflictos sociales por el agua, mi principal conclusión fue que la autoridad pública es directamente responsable de la mayoría de estos conflictos. Este es un fenómeno que no ha sido suficientemente analizado, de hecho ni siquiera se reconoce y, por el contrario, se tergiversa su papel, ya que el poder público debería ser el mediador por excelencia y sin embargo en los mecanismos de resolución de conflictos si se le considera como uno de los actores del conflicto. Por otra parte, el ejército en algunas circunstancias también puede convertirse en una potencia de facto. El hecho de que el poder público y el ejército se conviertan en poderes de facto implica una ruptura de los fundamentos de la democracia.  Haciendo referencia específica a los medios de comunicación como uno de los poderes de facto más poderosos y dañinos, sorprende la manipulación que ejercen sobre los ciudadanos, pero lo que es más sorprendente es que incluso se someten conscientemente a sus dictados. Los medios de comunicación, más que mecanismos de información, se han convertido en instrumentos políticos con gran capacidad para construir mentiras y destruir valores en apoyo de poderes fácticos, algunos involucrados en política, o a cambio de beneficios pecuniarios y no pecuniarios que también reportan a su poder. Sólo tienes que revisar su comportamiento en el mundo y verás que no hay lugar donde este comportamiento no se dé. Se podría decir que en muchos lugares la política se hace en los medios de comunicación, más que en las instituciones. Lo que es inaudito es que,al ser una herramienta necesaria, también son una carga para las sociedades. Pero el status quo significa que esto se convierte en una fantasía y no es evidente para muchos.  La fantasía de las instituciones. Hay un gran desconocimiento de lo que son o deberían ser las instituciones. Las instituciones en México son corruptas en todos los niveles y generalmente carecen de la estructura, organización, misión, imagen, estándares, metas, identidad, activos de información y personal capacitado con visión de equipo que deberían tener, por mucho que quieran exaltar cualidades que Además de los poderes fácticos que les han penetrado, incluidas significativamente las mafias, en su estructura operativa han estado dominados por intereses creados que operan en las interrelaciones de los seres humanos, lo que los vuelve antifuncionales al promover la injusticia y la inequidad. Pero la esencia de la institucionalidad está en personas con principios y una visión clara de la misión, así como en la memoria histórica del trabajo desarrollado a lo largo del tiempo. Cabe señalar que la lucha contra el narcotráfico (y otros males) es más que la acción de la fuerza pública en el saneamiento de las instituciones.Estructura económica  El sistema económico neoclásico, de mercado, capitalista, neoliberal (nombre más reciente) o como si quieres identificarlo, es una quimera. Es la estructura social más representativa del status quo en el que vivimos hoy y ciertamente la más poderosa. Domina la operación económica prácticamente en todo el mundo. Este sistema surge en esencia del desarrollo de la economía como ciencia que comienza a darle fundamentos y se consolida en la etapa de la Guerra Fría del siglo pasado donde toma una fuerza inusitada al iniciar un impactante proceso de globalización de la economía. . (Consenso de Washington en los años 80) y coincidiendo con la caída del bloque comunista liderado por la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (caída del Muro de Berlín en 1989). Lo significativo de esto es que el sistema económico imperante, responsable de la inequidad, la desigualdad, la pobreza y la miseria en el mundo, no es el resultado de la búsqueda de un esquema eficiente y equitativo de sustento y bienestar para los seres humanos sino el resultado de una guerra política contra el que se consideraba (y se sigue considerando) el principal enemigo de la humanidad, el comunismo. Simplemente consulte el historial para verificar esto. Es muy difícil resumir en poco espacio cómo operan los innumerables factores que intervienen en las actividades económicas y su interrelación con los esquemas sociales y políticos, pero hay evidencia de que en los hechos o resultados el mercado no equilibra la oferta con la demanda ni determina la precios en beneficio de los consumidores, como nos hacen creer.El mercado prioriza el capital sobre el empleo y por supuesto no busca el pleno empleo en aras de la llamada productividad del capital que constituye el criterio absoluto para la inversión rentable, al contrario, actualmente con el cambio tecnológico exponencial el mercado se beneficia de la eliminación. . de puestos de trabajo. El mercado tampoco respeta el medio ambiente, al contrario, es presa de la sobreexplotación del mar, la tierra y los yacimientos. En todos los países del mundo, los mercados de bienes y servicios operan en condiciones de manipulación absoluta, las llamadas preferencias de los consumidores están determinadas por cuestiones de moda, la creación de necesidades tanto por gustos personales como por sustitución por obsolescencia y explotación artificiales. del ego,etc. Como se mencionó en el tema de la democracia, la desigualdad invalida el mercado porque para que funcione las condiciones de los consumidores deben ser iguales o muy similares. Es muy curioso que siendo estas realidades muy evidentes nuestra racionalidad como consumidores no las asimila, aunque lo cierto es que a pesar de que somos conscientes de ello, como simples consumidores del mercado voraz poco podemos hacer para modificarlo a nuestro favor, estamos totalmente sujetos a los caprichos de las corporaciones que controlan las operaciones comerciales, convirtiéndolas en uno de los poderes de facto más dominantes del status quo. Y algo fundamental, los mercados no son algo etéreo que surgió espontáneamente en la naturaleza, los mercados tienen un dueño. De hecho, en un análisis estructural se debería hablar de propietarios más que de corporaciones, ya que éstas aparecen, desaparecen, se fusionan, se escinden, se disfrazan, etc., a voluntad.  La globalización es un fenómeno mundial y no es mala per se, de hecho es quizás una etapa inevitable dentro del proceso de desarrollo multinacional, pero como todo esquema global los procesos tienen problemas que podrían resolverse si los atendemos globalmente. La irracionalidad del status quo, por conveniencia, también nos impide ver esto.  El fenómeno del cambio climático está totalmente ligado al sistema económico, dado que su surgimiento o agravación proviene de la actividad económica. Siendo así, éste debería estar supeditado a la preservación del medio ambiente y no al revés. Por tanto, no es previsible en las circunstancias actuales encontrar una solución al problema, dado que no se percibe intención de modificar el modelo económico que se ajuste a la plena conservación de la naturaleza. Además, algo que en nuestra racionalidad miope o limitada parecemos no ver, es lo ya mencionado, que el cambio climático es un problema global y los problemas globales requieren soluciones globales. La producción de energías limpias y la eliminación de los hidrocarburos requiere cambios drásticos en las estructuras industriales y recursos financieros considerables que no todos los países están en condiciones de afrontar.La cooperación internacional es fundamental para lograr estos cambios de manera gradual y coordinada, buscando tener el menor impacto negativo en las poblaciones. Pero actualmente los países en el contexto internacional ni siquiera han logrado acuerdos básicos o no los han cumplido.  El síndrome de la estadística versátil. Las estadísticas se han convertido en una herramienta política. Se sabe que en general las estadísticas son muy imprecisas, algunas con importantes márgenes de error; sin embargo, cuando sus cifras convienen a los intereses, se toman como verdades insuperables y cuando no lo son, se rechazan categóricamente. Y su interpretación también se acomoda a los intereses. Por ejemplo, la reducción del número de pobres se celebra con el hecho de que han superado los límites convencionalmente establecidos sin considerar que las personas que se ubican cerca de esos límites, aunque ya no sean clasificadas como pobres, todavía tienen deficiencias importantes con respecto de ellas enormes consecuencias emocionales y sociales, de desarrollo personal, es decir, ¿qué diferencia real existe entre las personas que se encuentran en torno a los umbrales de pobreza convencionalmente establecidos, unas dentro y otras fuera? Y esto no quiere decir que las estadísticas sean inútiles, sino que volvemos a caer en el terreno de la simulación y la manipulación. Termino con algunos comentarios finales que no concluyen la argumentación dado que el tema es demasiado amplio y complejo, pero que pretenden orientar su continuación. De una forma u otra, todos los humanos somos parte del status quo. Los que tenemos la suerte de no ser víctimas del sistema, que somos la mayoría de la población, somos parte de algún poder real, somos sus beneficiarios conscientes o somos sus beneficiarios involuntarios. En todo caso, somos responsables de su permanencia porque vivimos en él y aceptamos sus dictados, y con ello contribuimos a su continuidad, y aunque hay grados de responsabilidad, mayores o menores, no están en la justificación, es decir . es decir, desde la racionalidad humana con sus valores intrínsecos, no hay nada que justifique crear, fortalecer, sostener o tolerar un esquema que produzca condiciones infrahumanas para las víctimas silenciosas de sus abusos e injusticias, sabiendo que son muchos los que han perdido. sus vidas por serlo (por vil asesinato, una deplorable práctica de falta de respeto a la vida que debe ser castigada muy severamente por el altísimo valor que tiene la vida, y sin embargo en la mayoría de los casos sus perpetradores -físicos e intelectuales- viven con nosotros en de manera astuta e hipócrita y tal vez incluso recibiendo elogios públicos), luchando por un acuerdo que constituye un derecho humano que todos tenemos la obligación de garantizar. Bueno, todos vivimos estas circunstancias, pero no todos somos conscientes de ellas, de hecho creo que muy pocos lo somos. Y la razón obvia es que muchos de nosotros parecemos carecer del hábito de razonar,lo cual suena muy extraño dado que teóricamente deberíamos razonar de forma natural, espontánea y permanente porque es un elemento esencial de nuestra naturaleza. ¿Qué nos pasa? Tenemos la capacidad de razonar pero no lo hacemos de forma suficiente o adecuada. Lamentablemente no es como la respiración, que tenemos la capacidad de activarla y lo hacemos por simple instinto, porque morimos si no lo hacemos. Es un hecho entonces que podemos vivir sin razonar aunque no nos demos cuenta, pero también es incuestionable que su consecuencia es mortal, quizás no inmediata ni directa como en el caso de la respiración, porque lo que hacemos es crear condiciones. . por la muerte, es decir, creamos las circunstancias que producen la muerte, el sufrimiento, las privaciones, la desigualdad, que incluso podrían afectarnos a nosotros o a nuestros seres queridos, y eso es precisamente lo que representa el status quo. Pero hay que ir al fondo de la cuestión y descubrir a qué se debe esa falta de razonamiento. Es probable que el status quo con la extraordinaria fuerza que tiene (por eso lo comparé con un agujero negro) actúe de alguna manera sobre nuestra capacidad de razonar, aunque esto nos llevaría a preguntarnos qué pasó al principio, cómo sucedió. comenzó y por qué el fenómeno. Esta es otra cuestión que la Psicología y la Sociología Evolutivas y ciertamente otras disciplinas deberían demostrarnos. Independientemente de ello y en el ámbito práctico, creo que el sistema educativo debe incorporar esta carencia como uno de sus esquemas primarios que, desde la infancia, debe crear conciencia en toda la sociedad de la existencia de un sistema injusto y sus nefastas consecuencias y que su corrección es factible a través de la racionalización de nuestros pensamientos y acciones. Si nos referimos al campo de las políticas públicas, tema central de este trabajo, el status quo es el término inmediato, el ahora, donde debe comenzar la aplicación de todas las políticas. Si esto no se tiene en cuenta, la política no tendrá bases reales de sustento que le permitan tener éxito. Los economistas ponemos mucho énfasis en los plazos tanto para la aplicación de las medidas como para los resultados esperados y tendemos a considerar el corto, el medio e insistimos mucho en el largo plazo para la consolidación de los resultados, pero Se tiende a olvidar otro término -la teoría económica no lo considera- que puede ser más decisivo que estos, porque no considerarlo puede implicar la imposibilidad de aplicar medidas de política destinadas a abordar cualquier problema que no sean apropiadas para ese preciso momento. Este término es lo inmediato, el ahora, lo que existe, con lo que comienza. Incluso es posible que para empezar algo tengas que volver atrás o reconstruir algo porque prácticamente nunca se empieza desde cero. Una política pública que no se desarrolle en su dimensión holística, que no empiece a abordar el 'ahora',que no busque corregir el status quo que involucra el comportamiento humano y que no considere la desigualdad existente en la sociedad, está irremediablemente condenado al fracaso. Es evidente que los formuladores de políticas públicas y los llamados expertos nunca practican este análisis o, si lo hacen, nunca lo aplican en sus propuestas, no los he percibido en mi larga experiencia como servidor público. Es importante identificar las causas de este comportamiento. En parte, la razón puede estar en el miedo a ir contracorriente o a ser excluido o expulsado por el status quo, lo que puede acarrear importantes consecuencias personales negativas, pero otro elemento fundamental, para mí de mayor peso, es que la racionalidad no está privado en la mente de todos. ¿Podemos entender ahora por qué los logros han sido tan pocos? Luego de revisar y analizar las consideraciones anteriores, ¿es posible creer que no es necesario modificar el status quo? Pienso que no sólo es necesario, sino que no hay opciones, ni atajos ni alternativas. ¿Pero conocemos a alguien que se haya atrevido a proponer un cambio del status quo para implementar una política pública? Nadie, que yo sepa, ha formulado una estrategia que contribuya a corregir el status quo, ni siquiera en el ámbito académico. Quizás existan algunas convicciones al respecto, pero no estrategias formales. Por eso me pregunto si algún grupo dentro de la sociedad y pensando en las próximas elecciones que votarán por un nuevo régimen presidencial estará pensando en cambiar el status quo. No lo sé con certeza, pero creo que independientemente de si las medidas implementadas por el presidente López Obrador fueron exitosas o no, ha hecho un trabajo importante en la dirección correcta. Percibo que su principal aporte como gobierno ha sido su diagnóstico y crítica al neoliberalismo, que no es precisamente el status quo. Ha hecho algo muy importante, indispensable para iniciar cambios, ha denunciado el status quo y a algunos de sus creadores y perpetradores. Ha expresado una crítica directa al comportamiento humano y a la sociedad, incompleta pero cierta, y por ello ha sido acusado falsa pero maliciosamente de promover la polarización social. Se le acusa de expresiones que, en un afán destructivo, muchos medios y redes sociales utilizan en sus reseñas y supuestos análisis expertos, como "ataque" (y muchas otras que inducen a error gramatical al distorsionar el significado real de los comentarios). contra ciudadanos corruptos, contra instituciones decadentes, contra prácticas nocivas de organismos públicos, etc., que son absolutamente ciertas y que de alguna manera exponen y exponen la realidad del status quo. El Presidente ha denunciado mucho de lo que nadie se atreve a denunciar, pero que es evidentemente cierto. Se le critica que su investidura no le autoriza a hacerlo y concretamente que no presenta denuncias penales por los hurtos que exhibe.No te corresponde estrictamente hacerlo ya que no eres funcionario de Hacienda, pero lo importante es que demuestres los defectos y los responsables. Creo que corregir el status quo comienza con esto. Dudo que lo que se ha hecho sea suficiente para revertir las tendencias. Sólo un gobierno con verdadera capacidad racional podrá lograrlo. Y, alarmantemente, no veo un factor humano preparado para ello. Por todo lo que dije arriba y porque no hay espacio para explicarlo, quiero dejar claro que no pretendo dar a entender que todo está mal y mucho menos que todos sean corruptos o inconscientes. De hecho, gracias a personas positivas, honestas, trabajadoras y que actúan racionalmente, tenemos lo que tenemos, esquemas que funcionan a pesar de los obstáculos impuestos por la burocracia, la ineptitud y la corrupción. Esto es ciertamente estimulante, pero para mí, por difícil que parezca, la racionalidad humana es lo único que me permite confiar en que el status quo puede corregirse. Ciudadanos comunes y con mayor conciencia que muchas veces nos preguntamos qué podemos hacer en favor de nuestra sociedad y de nosotros mismos para solucionar tantos problemas que nos molestan y afectan, debemos tomar conciencia de nuestro papel en la configuración del status quo. Una última nota sobre el título de este ensayo. Dice 'el factor humano' de 'política pública' y no 'en' la política pública, porque el factor humano no es parte de la política pública, es su esencia; si no hay factor humano no hay política y por eso hay que verlos como una sola entidad, como un sistema complejo, esa es su esencia; si no hay factor humano no hay política y por eso hay que verlos como una sola entidad, como un sistema complejo, esa es su esencia; si no hay factor humano, no hay política y por tanto hay que verlos como una sola entidad, como un sistema complejoCiudadanos comunes y con mayor conciencia que muchas veces nos preguntamos qué podemos hacer en favor de nuestra sociedad y de nosotros mismos para solucionar tantos problemas que nos molestan y afectan, debemos tomar conciencia de nuestro papel en la configuración del status quo. Una última nota sobre el título de este ensayo. Dice 'el factor humano' de 'política pública' y no 'en' la política pública, porque el factor humano no es parte de la política pública, es su esencia; si no hay factor humano no hay política y por eso hay que verlos como una sola entidad, como un sistema complejo, esa es su esencia; si no hay factor humano no hay política y por eso hay que verlos como una sola entidad, como un sistema complejo, esa es su esencia; si no hay factor humano, no hay política y por tanto hay que verlos como una sola entidad, como un sistema complejoCiudadanos comunes y con mayor conciencia que muchas veces nos preguntamos qué podemos hacer en favor de nuestra sociedad y de nosotros mismos para solucionar tantos problemas que nos molestan y afectan, debemos tomar conciencia de nuestro papel en la configuración del status quo. Una última nota sobre el título de este ensayo. 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