FORO ECONOMICO MUNDIAL VS. FORO SOCIAL MUNDIAL



27 enero 2006

Están celebrándose en estas fechas de manera casi simultánea dos eventos que se muestran antagónicos pero que deberían ser uno solo y el mismo. El primero, el Foro Económico Mundial, inició en 1971 y se define como “una organización internacional independiente dedicada a mejorar la situación mundial comprometiendo a líderes en esfuerzos comunes para definir las agendas global, regional e industrial”. El segundo, el Foro Social Mundial, comenzó en 2001 y se presenta como “un espacio de debate democrático de ideas, intensificación de la reflexión, formulación de propuestas, intercambio de experiencias y articulación de movimientos sociales, redes, organizaciones no gubernamentales (ong´s) y otras organizaciones de la sociedad civil que se oponen al neoliberalismo y al dominio del mundo por el capital y por cualquier forma de imperialismo.”

El Foro Económico es una organización no gubernamental integrada principalmente por miembros provenientes de los negocios, que reúne a líderes empresarios, políticos e intelectuales. El Foro mismo se deslinda de ser un “club de ricos”, sin embargo, es un hecho insoslayable que la presencia de líderes implica básicamente a la gente del poder, gente que es reconocida por su influencia política, económica, empresarial o intelectual. El Foro Social, por su parte, explícitamente se declara no ser entidad ni organización, sino un espacio, y aunque no lo reconoce abiertamente, surge como un contrapeso al Foro Económico, como una forma de protesta o reacción en contra de sus postulados. No es una casualidad la casi plena coincidencia de las fechas de realización de ambos eventos desde que inició el Foro Social. A este último no asisten los líderes del poder pero si esencialmente intelectuales y políticos que ejercen un cierto liderazgo o representatividad de sectores de la sociedad que se sienten afectados por las políticas que avalan los primeros.

Ideológicamente son dos eventos contrapuestos. El contexto del Foro Económico Mundial es el neoliberalismo, que en su aplicación concreta se consolida de manera aplastante a partir de lo que se conoce como el Consenso de Washington, que en esencia consiste en la aplicación de los instrumentos de política económica neoliberal en apoyo a un sistema capitalista mundial basado en la libertad del mercado, asignando un especial énfasis a la disciplina macroeconómica, a la economía de mercado y a la apertura comercial.

El contexto del Foro Social Mundial, en cambio, es la visión antineoliberal y antiglobalizadora, de oposición a las grandes corporaciones multinacionales y a los gobiernos e instituciones que sirven a sus intereses.

No obstante lo disímbolo de las posiciones ideológicas, no deberíamos caer en el error de categorizarlas dentro de la rígida geometría de la derecha y la izquierda, porque en ese momento estaremos anulando las posibilidades de comunicación y entendimiento. En mi opinión el error fundamental de la visión del Consenso de Washington es desvincular el desarrollo social del económico o viceversa, no obstante que el Foro Económico establece entre sus premisas que “creen que el progreso económico sin desarrollo social no es sostenible, mientras que el desarrollo social sin progreso económico no es factible”. Hay quienes hablan por eso de una segunda fase del Consenso de Washington, que supuestamente resolvería las necesidades sociales no cubiertas por la primera fase. También es notoria la posición de organismos como el Banco Mundial, que han puesto un gran énfasis en recomendar a los gobiernos de las economías subdesarrolladas que atiendan sus problemáticas sociales de manera urgente. No poniendo en duda en este momento las intenciones buenas que pudieran tener estas actitudes, resulta imperativo hacer entender a todos estos personajes que no es posible crear progreso económico y posteriormente propiciar el desarrollo social. Este último es intrínseco al primero, es decir, las estrategias económicas deben involucrar específica y explícitamente al desarrollo social. Como alguien dijo muy atinadamente, la pobreza se corrige con política económica no con subsidios.

En esencia, terminaré diciendo que los simpatizantes del Foro Económico Mundial deben entender que desarrollo social y progreso económico son una unidad y se resuelven por un solo camino, y éste no es el que ha impuesto el Consenso de Washington. De igual manera, los seguidores del Foro Social Mundial deben aceptar que hay una realidad de mercado que es imposible eliminar de tajo pero que es factible conducirla. Si todos nos desprendiéramos de nuestros egoísmos y nos pusiéramos a nosotros mismos -al ser humano- como el objetivo central de nuestras políticas y estrategias, es muy probable que alcanzáramos el mismo fin, juntos. Por ello, ambos foros deberían trabajar juntos.