CAMBIO DE RECTOR EN LA UNAM


30 octubre 2007

Los retos que enfrenta la universidad son de una enorme trascendencia para el desarrollo humano, en cualquier lugar y en todo momento, pero particularmente en las circunstancias actuales ante las expectativas de un desarrollo descontrolado, inequitativo y deshumanizado. La universidad, y todo lo que implica en términos de la orientación de la generación y aplicación del conocimiento, es la principal instancia que puede contrarrestar y reorientar las visiones mercantilistas de los procesos que ahora caracterizan al desarrollo global de la mayoría de las naciones del planeta. Y dados los caminos tendenciosos que se han seguido en los desarrollos educativos erróneamente vinculados a las posiciones crecientemente economicistas, la universidad pública pura sería la única que por principio podría conservar y aplicar esa capacidad.La UNAM, como la universidad pública más antigua y más importante de México, asume plenamente esta responsabilidad y adicionalmente se constituye en la punta de lanza para las definiciones que a nivel gubernamental se lleguen a instrumentar, entre las cuales se presenta como opción no muy alejada de lo posible, su desaparición como tal, lo cual implicaría la pérdida completa de toda expectativa de preservación de la libertad del ser humano ante su propio entorno, que es el don más preciado que éste puede tener y por el que ha luchado desde que inició su existencia en este mundo. Es decir, el individuo supeditado absolutamente a los sistemas, a los intereses y hasta a las máquinas, un triste fin apocalíptico.Esta responsabilidad no significa ignorar o confrontar los procesos vigentes, sino tratarlos en la perspectiva y con las herramientas adecuadas que solamente la universidad puede proporcionar. No es luchar contra la corriente sino buscar que ésta se reoriente a través de la herramienta más democrática que pueda existir, la educación en toda la extensión del término.Toda esta circunstancia hace trascendental en estos momentos la identificación de la persona idónea que guíe la operación y la presencia de la UNAM en un entorno cada vez más complicado. Dentro de las funciones esenciales de la Rectoría de la Universidad no sólo van implícitas las cuestiones estudiantiles, administrativas, presupuestales y laborales de la institución. Se debe incluir de manera preponderante y estratégica, la búsqueda de la inserción dentro de un país y una economía con una visión de desarrollo autosustentable, humanista y humanitario, para una sociedad que nunca ha tenido consigo ya no las mejores condiciones, ni siquiera los niveles básicos aceptables para toda su población.Es por ello que el candidato ideal para encabezar a la UNAM no debe tener compromisos con corrientes ideológicas o económicas parciales, ni es suficiente que cuente con un buen conocimiento interno de ella, así como tampoco que sea un buen negociador, orador o que posea carisma y don de gentes. Debe contar como condición sine qua non con una visión clara y precisa de la inserción que la Universidad debe tener dentro de los procesos globalizadores que se están dando a nivel mundial.